Las condiciones climáticas afectan directamente a las plagas y su comportamiento. Si bien la época de mayor eclosión de plagas en general se produce en primavera y verano, muchos factores que condicionan el clima a lo largo del año propician o potencian distintos tipos y niveles de infestaciones.
Clima lluvioso o húmedo
Es previsible un incremento considerable de insectos voladores (particularmente mosquitos) y rastreros, en especial hormigas, cucarachas, arañas, grillos, avispas y roedores. Esto sucede porque:
La humedad excesiva y la lluvia mejoran las condiciones de reproducción de insectos.
A mayor tamaño de colonias de plagas, mayores son las necesidades de alimento y refugio. En consecuencia las invasiones son más frecuentes.
La necesidad de los roedores de buscar ambientes secos también produce un incremento en el riesgo de infestación, que se manifiesta especialmente en condiciones de lluvia constante.
Condiciones de humedad extrema
Las condiciones de humedad extrema causadas habitualmente por fuertes lluvias propician la infestación de hormigas y roedores. Las razones son:
Muchos suelos absorben niveles de humedad que destruyen los hormigueros. Las hormigas tienen una gran capacidad readaptativa, y con rapidez pueden trasladar una colonia completa hacia lugares secos, que habitualmente se encuentran en los basamentos de edificaciones.
Lluvias y temporales producen frecuentemente inundaciones a nivel urbano. El desbordamiento de cloacales y pluviales obliga a las ratas a escapar de estos refugios 'naturales' de las ciudades, incrementando el riesgo de invasión hacia casas y edificaciones en general.
Clima seco
Mientras las condiciones de humedad propician una mayor reproducción de insectos, el clima seco produce mayor posibilidad de invasión de los mismos. Plagas tales como hormigas, arañas e invasores ocasionales pueden ingresar a edificios y viviendas porque:
La carencia de condiciones de humedad adecuada disminuyen la reproducción de las hormigas pero también pone en riesgo la supervivencia de la colonia. Por esta razón es frecuente la invasión de hormigas cuando se manifiesta este tipo de clima.
Arañas y plagas de invasión ocasional, tales como el escarabajo, el ciempiés y el pescado de plata son los más frecuentes invasores de interiores que dispongan de condiciones de humedad adecuadas.
Sequía
Si bien algunas plagas no pueden resistir climas extremadamente secos y calurosos, otras se ven afectadas de modos que pueden provocar invasiones. Algunas variedades de arañas y los escorpiones son algunas de las especies que comunmente deben ser controladas en estas condiciones. Las razones son:
Estas plagas deben abandonar su hábitat natural en busca de alimento, cuya fuente muchas veces se encuentra en las viviendas o interiores de edificaciones.
Afectados por la severa sequía, los vectores encuentran muchas veces refugio en espacios verdes que circundan casas y construcciones (por ejemplo árboles, plantas y arbustos).
Clima frío
La mayoría de las plagas urbanas se visualizan menos en épocas frías. Sin embargo esto no es indicativo de que potenciales infestaciones tengan lugar. El control preventivo de plagas es, en esta época, fundamental para impedir el desarrollo de colonias de hormigas, cucarachas y roedores. Algunos de los factores:
Habitualmente se subestima la capacidad reproductiva de las hormigas y cucarachas cuando no se las detecta. La eclosión de grandes contaminaciones de estas plagas esta frecuentemente asociada a este factor.
Uno de los períodos de mayor reproducción de las ratas se presenta sobre el final del verano y hasta el mes de abril inclusive.
|